Sé tu mejor versión

En Coaching cuando hablamos de “zona de confort”, nos referimos a ese lugar mental que nos es conocido pero que al mismo tiempo nos limita. En este espacio nos sentimos protegidos.  No importa si al final el resultado es bueno o no, el simple hecho de saber qué esperar, nos hace sentir cómodos y seguros. 

El problema es que desde ahí, no logramos avanzar y nos limitan nuestros hábitos y creencias. Por lo tanto empezamos a sentirnos aburridos, dudamos de nuestras capacidades, nuestro auto-concepto se debilita y nos bombardeamos de pensamientos negativos. No queremos arriesgarnos porque estamos convencidos que no merecemos alcanzar lo que existe fuera de los límites que nos hemos auto-impuesto.

El proceso de Coaching nos empuja a salir fuera de esta zona de confort, y nos conduce a una nueva zona de aprendizaje. Desde ahí vamos a tener nuevas perspectivas y empezaremos a hacer las cosas diferente. Podremos comparar los resultados obtenidos y aprender de ellos. 

Con el nuevo conocimiento tomaremos decisiones que transformarán nuestras creencias limitantes en creencias potenciadoras. Le daremos sentido a nuestras vidas, y podremos multiplicar nuestro conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Con esto no estamos desechando por completo nuestro antiguo ser, sino más bien enriqueciéndolo y haciéndolo más interesante. Al llegar a este punto, lograremos coherencia entre nuestros pensamientos, nuestros deseos y nuestras acciones.

En Coaching sabemos que existe el miedo y la resistencia al cambio, pero  también sabemos que esto lo podemos cambiar, permitiéndole a nuestra fuerza interna (que siempre nos acompaña), que fluya y que de forma creativa nos ayude a encontrar el camino hacia la nueva versión de nosotros mismos.